Apareciste

Siempre inoportunos.  Nuestros encuentros, por no ser agendados, son todo desencuentros.  Llenos de vida, de amor, de locuras, de magias, pero desencuentros al final.  La conclusión siempre es que no queremos ni debemos estar juntos, pero no desaprovechamos ese momento en el que las miradas se cruzan, las manos se entrelazan.

Apareciste en mi vida hace tanto tiempo.  Creo que tenía ocho años y ya pensaba en vos, en tu cabello, tu mirada, tus palabras.  Te dibujaba en mi imaginación. Creía en que un día llegarías.  Cada día que pasó, cuando no te conocía, soñaba con el momento en el que te conocería. Ahora apareces sin advertencia cada cierto tiempo, cada instante en el que te dejo de pensar, apareces para clavarte, para recordarme que no es fácil olvidarte.

Tenés diferentes rostros, diferentes vestidos, pero siempre sos vos, yo lo sé, lo siento. Entonces, anoche que regresaste al sueño confuso, la neblina del pensamiento no te distinguía y me confundí, luego te vi partir, con una maleta en el hombro, volviste tu mirada a mí y sabía que te marchabas otro tiempo más...

Entonces, no sé si seré yo, pero no entiendo, o me niego a hacerlo quizás, ¿por qué te resistis a estar conmigo de por vida y por qué te negas a desaparecer?  Te gustan los encuentros inesperados entre vos y yo.  Me buscas cuando te hago falta ¿o soy yo la que te busco cuando me haces falta?  Pero sin llamarnos, sin programarlo, nos vemos en ese lugar, en ese momento más indicado.

Estás, cada día estás más cerca y más lejos, volviéndome loca...

Comentarios