Diario de una bruja (2ª entrega)

Otro día cero


N’ombre si vos no tenes cara de enferma. Hoy resulta que no importa que la infección en las vías urinarias diera positivo, que tenga bacterias en el estómago y que la psoriasis artrítica esté activa, como me levanto, me arreglo, ando con una sonrisa y además activa haciendo mandados, entonces no estoy enferma. La gente de verdad abre la boca, solo porque la mandíbula se lo permite.

No sé por qué le tienen miedo a la palabra enfermedad. Antes una se moría de una gripe, entonces, es entendible. Pero, ahora, con unas pastillas y un poco de descanso se pueden hacer maravillas. Estoy enferma, pero no de muerte, si eso les hace sentir mejor a todos los que me leen-escuchan, por eso ando bajoneada y tomando medicamentos, por eso ando adolorida y con un poco de mal humor. No quiero su lástima, tampoco palabras de aliento, espero estar bien pronto, solo me quiero quejar tranquila sin que nadie me juzgue.

Sigue sin bajar la sangre. Ahora con “el positivo” de la infección, puedo inferir que los dolores tan fuertes se debían a eso. Se avecinan siete días de antibióticos. Sin embargo, ando con mucha energía, entusiasmada mientras leo sobre derecho internacional de la mujer, crío a mi cría, pago mis deudas, hago mandados. Todo me parece cursi, dosis fuerte de realidad y practicidad (quienes me conocen saben que eso es casi imposible en mí, pero ¡oh! sorpresa, hoy ando así), me siento fuerte, poderosa, libre, soberana, decidida, hoy todo es posible. Día de mucho movimiento y sueños locos. La morfina para el dolor está haciendo de las suyas.

De los días más bonitos del ciclo, aunque los malestares físicos arrasen con mi buen humor.